Simmons se perdió la mayoría de los juegos de la temporada 2024-25 debido a una lesión

La temporada 2024-25 resultó ser otra etapa decepcionante para Ben Simmons, quien apenas pudo disputar un puñado de partidos debido a persistentes problemas físicos. El base australiano de los Brooklyn Nets continúa sin poder consolidarse desde su llegada a la franquicia, y su situación actual genera cada vez más incertidumbre tanto dentro como fuera del equipo. A pesar de la falta de continuidad, su imagen sigue presente en los productos oficiales del club, y la camisa brooklyn nets con su número aún circula entre los más fieles seguidores.


Simmons llegó a Brooklyn en medio de grandes expectativas, tras un sonado traspaso con los 76ers. Sin embargo, entre problemas de espalda, molestias musculares y el aspecto mental del juego, su rendimiento ha estado lejos de lo esperado. Esta última temporada solo acentuó la preocupación: jugó menos de 20 partidos y fue marginado por una lesión crónica que lo obligó a pasar nuevamente por tratamiento especializado.
Los Nets, que apostaban por una reconstrucción con jugadores jóvenes y figuras con potencial, han tenido que adaptarse a un escenario sin Simmons en cancha. Su ausencia obligó al cuerpo técnico a reconfigurar el sistema ofensivo y a distribuir responsabilidades entre jugadores como Dennis Smith Jr., Cam Thomas y Mikal Bridges. La falta de un base puro como Simmons dejó un vacío que el equipo intentó llenar sin éxito durante gran parte del calendario.
El problema con Simmons no es solo físico, sino también contractual. Su salario representa una carga considerable para las finanzas del equipo, limitando las posibilidades de fichar o retener a otros jugadores clave. En ese contexto, la gerencia explora opciones para negociar su contrato, ya sea mediante una reestructuración o mediante un traspaso que incluya incentivos futuros.
No obstante, aún existe esperanza de que Simmons pueda recuperarse y encontrar una segunda oportunidad. A sus 28 años, el talento sigue intacto, y su capacidad defensiva, visión de juego y físico privilegiado podrían marcar diferencia si logra mantenerse sano. El desafío ahora es mental y físico: volver a confiar en su cuerpo y asumir un rol coherente con su estado actual.
Los fanáticos de Brooklyn, aunque frustrados, continúan alentando y esperando mejores días para su equipo. Y como símbolo de esa pasión, no falta quien vista con orgullo una camiseta baloncesto negra y blanca, recordando que el compromiso con los colores va más allá de cualquier contratiempo individual.